martes, 29 de mayo de 2012

PSALMUS 41


Van  a cumplirse ocho años desde que Juan Pablo II hiciera el siguiente comentario sobre el salmo 41. Ni el propio salmo, cantado hasta el infinito a lo largo de los siglos en la liturgia, ni las palabras del Papa dejan de tener sentido en nuestros días. Texto trágico y esperanzado, aunque a veces incomprensible para el ser humano, en el que resuena la voz de una muchedumbre de personas olvidadas y humilladas en su enfermedad y debilidad, incluso por parte de quienes hubieran debido apoyarlas.     
PSALMUS 41 (40)
Magistro chori. PSALMUS. David.
2 Beatus, qui intellegit de egeno;
in die mala liberabit eum Dominus.
3 Dominus servabit eum et vivificabit eum
et beatum faciet eum in terra
et non tradet eum in animam inimicorum eius.
4 Dominus opem feret illi super lectum doloris eius;
universum stratum eius versabis in infirmitate eius.
5 Ego dixi: “ Domine, miserere mei;
sana animam meam, quia peccavi tibi ”.
6 Inimici mei dixerunt mala mihi:
“ Quando morietur, et peribit nomen eius? ”.
7 Et si ingrediebatur, ut visitaret, vana loquebatur;
cor eius congregabat iniquitatem sibi,
egrediebatur foras et detrahebat.
8 Simul adversum me susurrabant omnes inimici mei;
adversum me cogitabant mala mihi:
9 “ Maleficium effusum est in eo;
et, qui decumbit, non adiciet ut resurgat ”.
10 Sed et homo pacis meae, in quo speravi,
qui edebat panem meum, levavit contra me calcaneum.
11 Tu autem, Domine, miserere mei
et resuscita me, et retribuam eis.
12 In hoc cognovi quoniam voluisti me,
quia non gaudebit inimicus meus super me;
13 me autem propter innocentiam suscepisti
et statuisti me in conspectu tuo in aeternum.
14 Benedictus Dominus, Deus Israel,
a saeculo et usque in saeculum. Fiat, fiat.
         
El Salmo 40 comienza con una bienaventuranza. Tiene por destinatario al auténtico amigo, «el que cuida del pobre y desvalido»: será recompensado por el Señor en el día del sufrimiento, cuando sea él quien se encuentre «en el lecho del dolor» (Cf. versículos 2-4).  Sin embargo, el corazón de la súplica se encuentra en el pasaje sucesivo, donde toma la palabra el enfermo (Cf. versículos 5-10). Comienza su discurso pidiendo perdón a Dios, según la tradicional concepción del Antiguo Testamento que a todo dolor hacía corresponder una culpa: «Señor, ten misericordia, sáname, porque he pecado contra ti» (versículo 5; Cf. Salmo 37). Para el antiguo judío la enfermedad era una llamada a la conciencia para emprender una conversión.
          En ese momento, entran en la escena los malvados, quienes no han venido a visitar el enfermo para consolarle, sino para atacarle (Cf. versículos 6-9). Sus palabras son duras y golpean el corazón de quien ora, que experimenta una maldad que no conoce piedad. Realizarán la misma experiencia muchos pobres humillados, condenados a estar solos y a sentirse un peso para sus mismos familiares. Y si en ocasiones reciben una palabra de consuelo, perciben inmediatamente un tono falso e hipócrita.
         Es más, como decíamos, el que ora experimenta la indiferencia y la dureza incluso por parte de los amigos (Cf. versículo10), que se transforman en figuras hostiles y odiosas. El salmista les aplica el gesto de «alzar el talón», acto amenazador de quien está a punto de pisotear al adversario.
       
        La amargura es profunda cuando quien nos golpea es el «amigo» en quien se confiaba, llamado literalmente en hebreo «el hombre de la paz». Recuerda a los amigos de Job que de compañeros de vida se convierten en presencias indiferentes y hostiles (Cf. Job 19, 1-6). En nuestro orante resuena la voz de una muchedumbre de personas olvidadas y humilladas en su enfermedad y debilidad, incluso por parte de quienes hubieran debido apoyarlas.     
       El Salmo, marcado por el dolor, concluye, por tanto, con un rayo de luz y de esperanza. En esta perspectiva, se comprende el comentario de san Ambrosio a la bienaventuranza inicial (Cf. versículo 2), en el que percibe proféticamente una invitación a meditar en la pasión salvadora de Cristo, que lleva a la resurrección. El padre de la Iglesia recomienda la lectura del Salmo: «Bienaventurado quien piensa en la miseria y en la pobreza de Cristo que, siendo rico, si hizo pobre por nosotros. Rico en su Reino, pobre en la carne, pues cargó sobre sí esta carne de pobres... No padeció, por tanto, en su riqueza, sino en nuestra pobreza. Y por ello, no padeció la plenitud de la divinidad..., sino la carne... ¡Trata de profundizar, por tanto, en el sentido de la pobreza de Cristo, si quieres ser rico! ¡Trata de profundizar en el sentido de su debilidad, si quieres alcanzar la salvación! ¡Trata de penetrar en el sentido de su cruz, si no quieres avergonzarte de ella; en el sentido de su herida, si quieres sanar las tuyas; en el sentido de su muerte, si quieres alcanzar la vida eterna; en el sentido de su sepultura, si quieres encontrar resurrección» («Comentario a los doce salmos« –«Commento a dodici salmi»: Saemo, VIII, Milán-Roma 1980, pp. 39-41).

(Juan Pablo II. Ciudad del Vaticano, 2 de junio de 2004)

jueves, 17 de mayo de 2012

Michel Huglo. In memoriam

Copio literalmente la necrológica aparecida en  la web de la Sociedad Española de Musicología: 

 http://www.sedem.es/es/actualidad/noticia.asp?id=33 


Michel Huglo. In Memoriam

Imagen asociada a la noticia
El domingo pasado, día 13 de mayo, falleció en Maryland, Estados Unidos, el musicólogo Michel Huglo (Lille, Francia, 14 de diciembre de 1921). Tras asistir al concierto de gregoriano que, el viernes día 11, sus colegas y amigos de la Universidad le dedicaron en la Michelle Smith Performing Arts Library del College Park como homenaje por sus 90 años cumplidos en diciembre pasado, cayó rendido en lecho de muerte. Michel Huglo participó en el simposio sobre el Antifonario de León que organizó la SEdeM en dicha ciudad del 24 al 26 de marzo de 2011 con la ponencia titulada Liturgical Chants from the Book of Revelation in the Old-Hispanic and Romano Frankish Liturgies.
Quienes asistimos al Simposio Internacional celebrado en León sobre el Canto Mozárabe, tuvimos el privilegio de verle por última vez en Europa. Hizo entonces un esfuerzo sobrehumano para venir a España ya en silla de ruedas, pero lo hizo con extraordinaria alegría, como era bien patente. A España acudía generosamente siempre que la Sociedad Española de Musicología le llamaba para participar en algún evento.
No perteneció a ninguna asociación de hispanistas, pero debe ser considerado como uno de los más egregios. Sus investigaciones, sus escritos, sus conversaciones sobre la música de la Edad Media y de la Antigüedad han colocado a la Península Ibérica en un lugar privilegiado porque, según comentaba una y mil veces, fueron los visigodos peninsulares los verdaderos herederos de la cultura romana, también en el terreno de la música, de la transmisión de su teoría y de su práctica. Fue, asimismo, acérrimo defensor del influjo hispánico sobre la cultura y la música medieval en general. Precisamente, uno de sus primeros trabajos, de 1955, publicado en Hispania Sacrasobre «Les preces des graduels aquitains empruntées à la liturgie hispanique», tuvo gran repercusión entre los musicólogos y liturgistas. Seguidamente, las aportaciones de este gran investigador en el ámbito de la musicología española son innumerables, hasta sus últimos estudios sobre la Musica Isidori y los diagramas que acompañan a este tratado en numerosos manuscritos visigóticos, asunto en el que todavía andaba inmerso.
Muchos de los miembros de la Sociedad Española de Musicología hemos tenido con Michel Huglo una relación personal extraordinaria, porque una gran humanidad venía ligada a su gran inteligencia, a su ilimitada generosidad y a su irrefrenable deseo de agradar y favorecer a los demás.
Conocí a Michel Huglo en Solesmes, cuando yo tenía 17 años y empezaba a estudiar gregoriano y teología en esta abadía. Canté durante varios años con él en el coro, y departí con él sobre mil temas filosóficos, políticos (en Francia se estrenaba por entonces, con el General De Gaulle, la V República) y paleográficos en nuestros paseos de los jueves al lado de los Padres Benoît-Castelli, Jean Claire y, cuando venía de Roma, Eugène Cardine. Posteriormente, la fraterna amistad que hemos seguido manteniendo ha sido producto sobre todo de su generosidad. Nuestro socio de honor de la SEdeM, el Padre José López-Calo, tuvo con Michel Huglo una especial relación, muy notablemente después de abandonar la abadía de Solesmes. Muchas veces escuché palabras de agradecimiento por el apoyo personal que recibió del Padre Calo.
Sólo me resta manifestar nuestro gran pesar por su desaparición, y expresar a su esposa Barbara Hagg-Huglo, nuestra cercanía y afecto.
Con motivo de cumplir 90 años el pasado diciembre, le enviamos a su casa de Maryland un centro de flores con un epigrama latino tetrástico que le dedicamos, en nombre propio y en el de los muchos amigos musicólogos de España. No es cuestión aquí de reproducir su emocionada respuesta. Creo que aquel rudimentario epigrama, tiene hoy más sentido que entonces, por la nostalgia de su desaparición.
Ismael Fernández de la Cuesta

In laudem Michaelis Huglo
Tetrastichon Epigramma
Nonagenarius, o nostri gloria saecli,
Musas colentibus, Michael, lucem affers.
Barbarae tuae amore prospera vale
Blanda docens facie multis per annis auctor.
 

Es imposible sustraerse a la tristeza que invade a quienes conocimos a un ser entrañabale, sabio donde los haya y humilde hasta el exceso. A lo largo de mis clases, a lo largo de los años, no hay día que no lo haya mencionado. Y así pervivirá en la memoria de quienes le conocimos: fuente de sabiduría y de generosidad. 
Descanse en paz.

martes, 15 de mayo de 2012

¿A salvo? En el servicio y en la renuncia (Mawlana Rumi)


Días y días sin escribir, y hoy, fiesta de San Isidro en Madrid, acudo a un poeta sufí, Yalal ad-Din Muhammad Rumí*, por todo y por nada. Algunos de los versos de sus poesías, de ésta, resumen sentimientos y emociones. Y quien pueda cantarlos en árabe, hágalo utilizando las melodías mozárabes de las Lamentaciones de Jeremías, y comprobará que un mismo lenguaje musical es capaz de abrazar los profundos sentimientos de todas las religiones.  

Página de un manuscrito de la obra de Mevlana (Rumi)
 
"Diwan-e Shams-e Tabriz-i", datado en 1503. Shams ud-Din Tabriz, 1502-1504, BNF Paris. 


Preguntó, " ¿Quién llama a mi puerta?"
Respondí, "Tu humilde servidor".
Preguntó, "¿Qué asunto te trae por aquí?"
Respondí, "Vine a saludarte, oh Señor".

Preguntó, "¿Cuánto más viajarás?"
Respondí, "Hasta que me detengas".
Preguntó, "¿Hasta cuándo hervirás en el fuego?"
Respondí, " Hasta que puro quede".

"Este es mi juramento de amor.
Por amor,
renuncié a fortuna y posición".

Dijo, "Has defendido tu caso
Pero no tienes testigos".
Respondí, "Mis lágrimas son mis testigos;
la palidez de mis rostro es la prueba".'
Dijo, "Tu testigo no tiene credibilidad;
tus ojos están demasiado húmedos para ver".
Respondí, "Por el esplendor de tu justicia
mis ojos están limpios y libres de culpa".

Preguntó, "¿Qué buscas?"
Respondí, "Tenerte como mi constante amigo".
Preguntó, "¿Qué quieres de mí?"
Respondí, "Tu abundante gracia".

Preguntó, "¿Quién fue tu acompañante en el viaje?"
Respondí, "El pensar en ti Oh, Rey".
Preguntó, "¿Qué te ha llamado aquí?"
Respondí, "La fragancia de tu vino".

Preguntó, "¿Qué te da la mayor satisfacción?"
Respondí, "La compañía del Emperador".
Preguntó, "¿Qué encuentras aquí?"
Respondí, "Cien milagros".
Preguntó, "¿Por qué está el palacio desierto?"
Respondí, "Todos temen al ladrón".
Preguntó, "¿Quién es el ladrón?"
Respondí, "El que me impide estar contigo".

Preguntó, "¿Dónde se puede estar a salvo?"
Respondí, "En el servicio y la renuncia".
Preguntó, "¿A qué hay que renunciar?"
Respondí, "A la esperanza de la salvación".

Preguntó, "¿Dónde hay calamidad?"
Respondí, "En la presencia de tu amor".
Preguntó, "¿Cómo te beneficias de esta vida?"
Respondí, "Manteniéndome verdadero conmigo mismo".

Ahora hay que guardar silencio.
Si te contara sobre Su verdadera esencia
¡saldrías volando de ti mismo para siempre,
y no habría puerta ni techo que te pudiese frenar!

(Rumi - In the Arms of the Beloved, Jonathan Star
Jeremy P. Tarcher/Putnam, New York 1997)

* Yalal ad-Din Muhammad Rumí en árabe, también conocido como «Mawlana», «Mavlana» o «Mevlânâ», MAESTRO, fue un célebre poeta místico musulmán persa y erudito religioso que nació el 30 de septiembre de 1207 en Balj, en la actual Afganistán —aunque en aquella época pertenecía a la provincia del Gran Jorasán de Persia— y murió en Konya —en aquella época parte del Sultanato de Rüm, de la dinastía de los turcos selyúcidas—, un 17 de diciembre de 1273 .La importancia de Rumí trasciende lo puramente nacional y étnico. A través de los siglos ha tenido una significativa influencia en la literatura persa, urdú y turca. Sus poemas son diariamente leídos en los países de habla persa como Irán, Afganistán y Tayikistán y han sido ampliamente traducidos en varios idiomas alrededor del mundo.


domingo, 6 de mayo de 2012

Ecce quam bonum et quam iucundum: Archivo y Biblioteca Capitulares de Toledo



Magister Petrus, camino del Archivo, junto a sus escuderos
Hacía tiempo que queríamos visitar los archivos de  la Catedral de Toledo, y las circunstancias lo habían impedido. Finalmente pudimos encajar días, fechas, horas y agendas, cosa harto difícil en el mundo en que nos movemos. Estábamos los que queríamos estar: el aglutinador de proyectos y amistades Pedro Calahorra (director de la Sección de Música Antigua de la Institución "Fernando el Católico", Zaragoza), Ismael Fernández de la Cuesta (Catedrático Emérito del RCSMM y actual secretario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando), José Sierra (Catedrático Emérito del RCSMM), Emilio Rey (Catedrático de Folkore musical), Pere Ros (profesor de viola de gamba del RCSMM), Carlos Martínez (violista e investigador, nuestro anfitrión en Toledo), y quien esto suscribe, que nunca aparezco en las fotos porque las hago yo (no tengo el don de la bilocación, de momento...). Por fin pudimos hacer realidad el verso del salmo Ecce quam bonum..., Qué maravilloso que se junten los amigos (más o menos traducido así). Fue una jornada memorable, con libros, manuscritos, arte, comida, café y mucha charla de lo divino y lo humano. A REPETIR. ¡Va por vosotros!
      Pues bien, nuestro objetivo, el Archivo Capitular de Toledo, comienza su andadura a finales del siglo XI, estrechamente vinculado con el nacimiento y desarrollo del Cabildo catedralicio. Por necesidades administrativas, el Cabildo fue acumulando desde muy antiguo su fondo documental integrado especialmente por privilegios otorgados por los reyes, bulas de los papas, constituciones de los arzobispos, estatutos propios, fundaciones piadosas y donaciones particulares, así como todos los actos documentados relacionados con la sociedad que le rodeaba.
            Durante los siglos XII y XIII, para evitar su deterioro y favorecer su conservación, muchos documentos fueron copiados sistemáticamente en los llamados Libri Privilegiorum. En 1226, el arzobispo don Rodrigo Jiménez de Rada y el rey Fernando III inician oficialmente la construcción de la nueva catedral gótica, sustituyendo a la ya muy deteriorada iglesia existente en forma de mezquita. Este hecho da origen al nacimiento paulatino de una unidad administrativa dentro del Cabildo llamada Obra y Fábrica, la cual generará una importante cantidad de documentación relacionada con la construcción y ornamentación del edificio, con su financiación, rentas y posesiones, y con las personas, artistas y artesanos que en ella trabajaban.
            La abundante comunidad cristiana mozárabe que vive en Toledo, que habla y escribe en árabe como su lengua materna, generó también en su relación con la Catedral más de setecientos documentos escritos en árabe que dan cuenta de sus actividades y posesiones. Actualmente, la práctica totalidad de los mismos se encuentra depositada en el Archivo Histórico Nacional. 
Esperando el momento

            A partir del siglo XIV los fondos documentales del Archivo Capitular comenzaron a ser clasificados de forma racional con un ordenamiento alfabético por materias. El crecimiento inmenso de la documentación motivó que en el siglo XVIII se realizase una nueva ordenación, obra de los padres benedictinos Diego Mecolaeta y Martín Sarmiento, quienes, en 1727, elaboraron un Índice Universal del Archivo, que seguía esa ordenación alfabética por materias. Para ello introdujeron un sistema alfanumérico que, con algunas variaciones, sigue hoy día vigente en el fondo Capitular.
            Al incorporarse a los fondos documentales tradicionales del archivo otros fondos procedentes de diversas dependencias de la Catedral Primada, como sus importantes Capillas y la Obra y Fábrica, la documentación archivística se ha enriquecido en cantidad y calidad, siendo posible acercarnos al conocimiento de la institución catedralicia desde muchos puntos de vista.
            En el siglo XVIII, de la mano de la corriente ilustrada, el Archivo de la Catedral de Toledo asume el concepto de Archivo Histórico e inicia su apertura a la consulta pública por parte de los estudiosos e investigadores.
            Fondos documentales:
1.- «ARCHIVO CAPITULAR O ARCHIVO DE  PERGAMINOS»
2.- ACTAS CAPITULARES
3.- EXPEDIENTES DE LIMPIEZA DE SANGRE
4.- OBRA Y FÁBRICA
5.- ARCHIVO MUSICAL MODERNO (1600-1850)
6.- CAPILLAS: San Pedro, San Blas, Mozárabe, Reyes Nuevos.
7.- CONTADURÍA
8.- SECRETARÍA CAPITULAR
9.- HERMANDAD DE RACIONEROS
José Sierra y Emilio, en el Fondo Borbón.Lorenzana de la Biblioteca de CLM (antiguo Alcázar)

            La Biblioteca Capitular de Toledo
            Al igual que el Archivo, el nacimiento y formación de la Biblioteca Capitular van íntimamente unidos a la vida y desarrollo del Cabildo toledano, el cual inicia su andadura con la reconquista de Toledo por Alfonso VI (1085), con la llegada a la ciudad del nuevo arzobispo de Toledo, don Bernardo de Sédirac, y con la restauración casi inmediata del culto cristiano en la Catedral de la mano de su cohorte de clérigos francos. En este sentido, los orígenes de la biblioteca hay que buscarlos en la adopción del rito litúrgico romano en Castilla (ca. 1080), hecho que, tras la restauración de la sede, hizo surgir la necesidad de contar con un depósito bibliográfico permanente que respaldara la nueva liturgia. Los manuscritos litúrgicos y musicales que traían consigo los clérigos ultramontanos agentes del cambio de rito para el desarrollo de su vida monástica y litúrgica ocuparán los primeros anaqueles de la naciente biblioteca. El fondo se incrementó y estructuró a lo largo de los siglos posteriores mediante compras y diversas donaciones de canónigos, arzobispos y cardenales.
            La Biblioteca Capitular está integrada por tres grandes secciones: el Antiguo Fondo Toledano, el Fondo Zelada y el Fondo Lorenzana, con un conjunto de unos 2.800 manuscritos y 5.500 volúmenes impresos. A estos tres grandes fondos que conforman el núcleo de la biblioteca histórica, hay que añadir la serie de obras impresas de los siglos XIX y XX, incorporadas posteriormente y que forman parte de la Biblioteca Auxiliar del centro.
            Cabe resaltar en la historia de la Biblioteca Capitular el año 1798, fecha en que se incorporaron a sus fondos los manuscritos de la rica biblioteca privada del cardenal don Francisco Javier Zelada. Los códices de Zelada fueron adquiridos en Roma por el cardenal Lorenzana, y a ellos se sumaron los 27 manuscritos litúrgicos, en su mayoría de época de Urbano VIII, que Lorenzana compró y donó también a la Biblioteca del Cabildo toledano. Esta aportación, altamente significativa por su calidad, constituye el conjunto de manuscritos más importante de los recibidos en los últimos siglos y conforma en nuestros días el grueso de los registros de la Biblioteca Histórica.
            En 1869, durante la Primera República española, los fondos bibliográficos de la Biblioteca Capitular fueron totalmente incautados, siendo devueltos a comienzos de la Restauración, a excepción de unos 50 que no tenían signatura, algunos extraviados durante el traslado, y 234 códices que fueron depositados provisionalmente en la Biblioteca Nacional de Madrid para su estudio y clasificación, donde todavía hoy continúan integrados en sus fondos.

Fondos bibliográficos y documentales:
1.- MANUSCRITOS E IMPRESOS
2.- MANUSCRITOS RESERVADOS
3.- CANTORALES POLIFÓNICOS
4.- CANTORALES DE CANTO LLANO
5.- INVENTARIOS
6.- BIBLIOTECA AUXILIAR DE CONSULTA

 Esta es la wb oficial de la Catedral de Toledo: http://www.catedralprimada.es/visita_virtual/
 Y aquí se puede encontrar una visita virtual: http://www.catedralprimada.es/index.php

Gracias, amigos, y QUE APROVECHE, quedando constancia aquí de que la próxima salida será las de las tre B. Ahí queda.


martes, 1 de mayo de 2012

La cabaña solitaria y sonora


      
Si en su interior suena Bach, la música invadirá también todas las esferas celestes, escribía Manuel Vicent*, en un texto precioso que recupero de nuevo en este blog. La cabaña puede ser la celda de un monje, o el estudio de trabajo, o el banco de un parque, o el blog de un amigo. Ahí se pueden encontrar el silencio y la soledad, necesarios para la creación e imprescindibles para la sabiduría.
"Cabaña" del Monte Athos
Dijo Pascal que todo lo malo que le había ocurrido en la vida se debía a haber salido de su habitación. Se trata de un pensamiento muy certero, porque, bien mirado, todos los problemas que uno arrastra a lo largo de los años se derivan del hecho de haber abandonado aquella cabaña que un día montó en el jardín cuando era niño.
            El mito de la cabaña sigue teniendo hoy una fuerza extraordinaria. No hay escritor, artista famoso, político, hombre de negocios o banquero sacudido por el estrés que no sueñe con retirarse durante un tiempo a vivir en una cabaña lejos del mundo. Existen cabañas de muchas clases, según el subconsciente de cada uno; las hay de indio apache, de pastor, de leñador del bosque, de pescador escandinavo, de expedicionario perdido en el desierto, de náufrago en una isla de los mares del sur. Otras adoptan la forma de castillo medieval, con almena o sin almena, recias e inexpugnables. En todos los parques públicos y en los jardines de infancia se montan cabañas para que los niños jueguen a esconderse o a protegerse de unos enemigos imaginarios.

            Algunas son muy lujosas, pero ninguna se parece a aquella tan maravillosa y rudimentaria que construimos, cuando éramos niños, con cuatro palitroques y una empalizada de cañas en el desván, en el patio o entre las ramas de un árbol. La seguridad que nos daba aquella cabaña se perdió junto con nuestra inocencia. Un día dejamos de jugar. A partir de ese momento quedamos desguarnecidos, solos en la intemperie, lejos del mundo de los sueños, frente a unos enemigos reales.
            Es evidente que estamos rodeados de basura por todas partes. A cualquier hora del día nunca deja uno de ser agredido por la sucia realidad, por un acto de barbarie o de fanatismo. 
            Pero existen seres privilegiados, que son capaces todavía de montar a cualquier edad aquella cabaña de la niñez en el interior de su espíritu para hacerse imbatibles dentro de ella frente a la adversidad. Si uno la mantiene limpia es como si estuviera limpio todo el universo; si en su interior suena Bach la música invadirá también todas las esferas celestes. 
            Este reducto está al alcance de cualquiera. Basta imaginar que es aquella cabaña en la que de niños nos sentíamos tan fuertes.* El País, (12-4-09).

El monje en su celda/cabaña
Con otras palabras es lo que viene a decir Basili Girbau, ermitaño de Montserrat. La ermita en la que vive es una de tantas cuevas que horadan suavemente la montaña sagrada. Está cerrada con una cristalera, habilitando un reducido espacio que contiene una cama, una mesa, dos sillas, un hornillo de gas, una estantería con libros, una cruz, un par de retratos de Ramana Maharshi (Sabio hindú de este siglo) y un altar. Suficiente para el padre Basili, “El ermitaño de Montserrat”, que lleva quince años viviendo como Blanquerna, levantándose al alba, rezando y meditando, después de haber recorrido medio mundo como Ramon Llull. El padre Basil, de 66 años, luenga y poblada barba, un erudito conocedor de lenguas tan dispares como el árabe, el alemán o el hebreo, es en la actualidad el único habitante de las doce ermitas que hay en Montserrat.
- En una sociedad volcada al consumismo, ¿es posible vivir ascéticamente, como un ermitaño?
- Para el hombre que quiere hacerlo todo es posible con la ayuda de Dios. Existe una gracia, un no sé qué, un amor, que me da fuerzas para ir descubriendo que se puede vivir feliz sin tener que satisfacer tantas necesidades. Hay mucha gente que cree que si no tiene esto o lo de más allá no puede ser feliz. Y entonces, cuando quizás lo consigue tras muchos esfuerzos llega la pregunta: “¿Y ahora qué?¿Más cosas?”.
- ¿Y usted se ha contestado esta pregunta?
- Vivir. No se trata de filosofar ni de hacer un discurso, estás aquí ¿Qué más quieres? Respiras. Tu corazón palpita. ¿Qué importa ayer? ¿Qué importa el mañana? Estás aquí. Entonces ríe, ríe a reventar. Tienes lo indispensable. No te hace falta ni más ni menos.
- ¿Cómo tomó la decisión de retirarse aquí?
- Generalmente acostumbro a contestar que no lo sé. No existe una explicación puramente racional, no es sólo la mente la que actúa, es toda una corriente de vida que toma formas diversas. Aunque, ciertamente, no se me hubiera ocurrido pedir permiso para vivir en esta ermita si no me hubiera precedido un monje, el padre Estanislau, que estuvo aquí hasta el año 1972 y que continúa viviendo como ermitaño en otro lugar. Lo que deseo únicamente es profundizar en mi conciencia. Y con este profundizar creo que estoy ayudando a todos los hombres; no sólo yo, sino todos los que lo hagan. También pienso que es importante encontrar aquella dimensión que te ayuda a realizar la comunión con todas las personas, y esta distancia que te separa de donde las personas viven juntas, conviven, en cierta forma te ayuda a comprender mejor que es eso de la convivencia y te hace sentir mucho más cerca de ellas, aunque de otra manera.
- ¿No resulta difícil soportar esta soledad?
- Es algo que habría que preguntar al inquilino de uno de esos bloques anónimos, rodeado de centenares o miles de personas pero que vive una soledad realmente terrible. La soledad habita en el corazón.

Dicho queda.